Enfoque por competencias: Posibilidades y limitaciones desde un análisis del currículo nacional
- Muro Llano
- 21 jul 2021
- 10 Min. de lectura
Actualizado: 21 jul 2021

Alexandra Reyes, estudiante de IX ciclo de Psicología de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas
Jesús Lira, estudiante de XII ciclo de Psicología en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas
Latinoamérica es, según lo señala Suasnábar (2017), un lugar donde se han dado diversas reformas educativas respecto a quienes entran a la escuela (acceso), qué saberes se transmiten (distribución) y qué capacidades yposibilidades transmiten (apropiación del conocimiento). Estos cambios no son propuestos desde hace unos últimos años, sino que se han dado durante tres ciclos, siendo en 1960 el primero de ellos. El Perú no escapa de esto, pues ha buscado mejorar el nivel educativo a través de diversas soluciones. Chuquilin y Zagaceta (2017) indican que se han dado, desde el 2005 hasta el 2016, tres propuestas de diseño para articular los distintos niveles de educación. Estasproponen un enfoque por competencias, las cuales se diferencian de acuerdo con el conjunto en el que buscan desarrollarse y en los ciclos que se deberían dar estas. Cabe resaltar que dichas iniciativas están basadas en promover la equidad, la calidad y, sobre todo, dar mayor profundidad a los aprendizajes. Para esto, se ha querido modificar tanto aspectos técnicos como incrementar el presupuesto. No obstante, el Instituto Peruano de Economía (IPE) (9 de julio del 2020) señala que la solución es aumentar la eficiencia, no el presupuesto, pues los gobiernos locales ejecutan apenas dos tercios del presupuesto de inversión que tienen a su cargo y no se prioriza en mejorar la cobertura educativa.
En la última actualización hecha por el Ministerio de Educación (MINEDU) (2021) para el currículo nacional,se señala que se apuesta por enfoques transversales, el autoaprendizaje y uso de las tecnologías de la información y la comunicación, además del énfasis en la evaluación formativa y no solo calificativa. El portal también indica que se habuscado potenciar los aprendizaje en la educación cívica, las actitudes en las relaciones interpersonales, las adecuaciones a nivel del aula profundizando el enfoque de competencias, entre otras. Es decir, se fomenta el “aprender haciendo”, poniendo en evaluación un conjunto de capacidades. Por ello, en el último currículo presentado, se pretendelograr 31 competencias dentro de la educación básica regular. Sin embargo, a pesar de tener este enfoque, los últimos resultados obtenidos en las evaluaciones internacionales no favorecen al país, pues Perú queda en el puesto 64 en educación de 79 países participantes (Redacción RPP, 3 de diciembre del 2019). Siendo el enfoque por competencias el que ha sido usado desde hace más de 15 años, es importante realizar si este ha sido definido y aplicado de la manera correcta. Por ello, se buscará revisar y recopilar información sobre competencias y su aplicación en el currículo básico escolar.
"Por un lado, las definiciones que plantea la MINEDU en el currículo nacional no coinciden con las propuestas por diversos autores sobre lo que es verdaderamente un enfoque por competencias. Por otro lado, en ello se evidencia la articulación del proceso de contenido de este currículo nacional mediante la recolección de diferentes enfoques pero sin una correcta articulación de los mismos donde se evalúe la calidad como una característica importante en vez de cantidad".
Para poder continuar, se considera inevitable otorgar a los lectores las diversas definiciones que obtiene lacompetencia. Por ejemplo, Ribes (2016) comenta que estas, muchas veces, son tomadas como sinónimo de aptitud ohabilidad, sin embargo, la competencia “implica tener la atribución para tratar acerca de algo o resolver algo, serexperto o tener conocimiento acerca de algo” (p. 20). En otras palabras, para ser considerado competente se debe ser hábil y apto, ya que estas son requerimientos, no equivalentes. Por lo tanto, se tiene laatribución de poder realizar distintas acciones porque se tiene conocimiento y experiencia en ello. Por otro lado, Estupiñan (2018) señala que ser competente significa “hacer, querer hacerlo, trabajar en equipo y hacerlo éticamente”(p.45). Asimismo, Diáz-Barriga (2011) agrega que las competencias son caracterizadas por definirse con un verbo, una acción o conducta que sea observable y permita evidencia. Para esto, Irigoyen, Jiménez y Acuña (2011) destacan que la competencia es evaluada como un “desempeño que implica la integración de atributos generales (conocimientos, actitudes, valores y habilidades) requeridos para desempeñarse de modo inteligente ante situaciones específicas” (p.252). En ese sentido, indica que los conocimientos están siendo comparados con “cosas” que pueden ser tomadas, conseguidas, transmitidas y construidas a cargo de los maestros.
Dentro de ello, se puede notar que destacan otros conceptos importantes a explicar como la habilidad o la aptitud. Mientras que la primera se refiere a lo que se hace con eficacia mediante el ajuste en la correspondencia funcional, la aptitud viene a ser cómo es que se aplican las correctas habilidades para el momento determinado y requerido (Ribes, 2016). No obstante, Valera (2008) afirma que entre competencia y aptitud existe una sinonimia en lateoría interconductista. Por otro lado, Ribes (2016) distingue a la competencia de la capacidad como dos definiciones distintas, pues para él, “ser capaz indica una disposición en términos de posibilidad, mientras que ser competente destaca una disposición en términos de probabilidad, de recurrencia” (p. 20). Así, la competencia destaca por ser la conducta en el acto.
Ante la definición expuesta de lo que es una competencia para distintos autores, se puede señalar que el Ministerio de Educación (MINEDU), en su currículo nacional, expone a esta de una manera diferente. Para ellos, la competencia es “la facultad que tiene una persona de combinar un conjunto de capacidades a fin de lograr un propósito específico en una situación determinada, actuando de manera pertinente y con sentido ético” (p. 29). Estas no sólobuscan demorar el logro de cada capacidad, lo que se espera es que se usan las capacidades combinadamente y ante situaciones nuevas. Además, también mencionan a las capacidades como “los conocimientos, habilidades y actitudes que los estudiantes utilizan para afrontar una situación determinada” (p. 30), las cuales vendrían a ser los medios parapoder ser competente. De manera específica, también destacan que estas habilidades se caracterizan por ser el talento ola aptitud con la que se elabora eficazmente una acción. Por lo tanto, estas habilidades son sociales, según Irigoyen, Jiménez y Acuña (2011), son cognitivas o motoras porque es la forma en la que se tiende a actuar, sentir y comportarse.
Siguiendo con lo mencionado, podemos indicar que existen diversas posturas con respecto a las competencias. Frente a esto, Valera (2008) afirma que ello es resultado de los distintos enfoques que optan por tomar a la competencia bajo diferentes definiciones, lo cual genera confusión en los profesores de distintos niveles educativos sobre la exactitud del término. Díaz-Barriga (2011) también lo señala y agrega que la incorporación de competencias es unamanera de reformar la calidad del sistema educativo, pero la mala distinción o aplicación entre estas evidencia la necesidad de una construcción de un correcto programa donde se diferencie el enfoque conductual de los demás.
"Según Guadalupe et. al (2017) existen tres principales temas en los que los docentes requeieren ser capacitados: Estrategias y didáctica de las áreas de aprendizaje, materiales de enseñanza y uso de TIC, psicología y cultura de los estudiantes. Dentro del primero, en secundaria, el 74,3% de profesores de secundarias que enseñan en colegio nacional indica requieren esta capacitación, mientras que el 69% de los profesores de secundaria en no estatales reclaman lo mismo. En cuestión de los materiales de eseñanza y uso de TIC, el 54,4% de profesores nacionales considera que requieren este tipo de capacitación y el 51,1% de profesores no estatales piensan esto. Por último, en Psicología y cultura de los estudiantes, el 37% de profesores estatales desean este tipo de capacitación mientras que el 46,5% de profesores no estatales también lo desean".
Siendo las investigaciones bastante amplias, es importante que los actores educativos (docentes, directores,organizaciones gubernamentales y privadas) conozcan a cabalidad sobre este enfoque para poder aplicarlo. Sin embargo, Guerrero (2018) señala que tanto directores como docentes mantienen una visión fragmentada de las competencias. Muchos de ellos la conceptualizan como “suma de saberes, procedimientos y actitudes” (p. 58). Además,consideran que este enfoque no es el mejor, pues el énfasis está en los procedimientos y actitudes, dejando de lado los conocimientos que deben tener. También se indica que los docentes no comprenden qué son los desempeños y están siendo confundidos con indicadores de logros. Esta situación es preocupante, pues al ser el currículo nacional un documento oficial que señala cómo evaluar y qué acciones tomar durante el año escolar, no se puede pasar por alto el hecho de que los maestros no comprendan qué acciones se están tomando. Algunos autores como Estupiñán (2018), mencionan que no es importante entender qué significan las competencias, pero sí es necesario saber cómo se obtienen y qué es lo que buscan. Indica, por ejemplo, que cualquier habilidad redactada con verbo, contenido y condición no se puede considerar como competencia. De igual manera, agrega que, como no se trata de una teoría de aprendizaje, no se busca responder cómo estudiar, sino qué se debe aprender.
Según el Ministerio de Educación (MINEDU) (2018), el currículo fue elaborado por “actores de sectores públicos y de la sociedad civil, docentes, especialistas, expertos nacionales e internacionales para la estructura y contenido curricular, incluyendo en la Educación Básica Alternativa la participación de los estudiantes a través del Consejo de Participación de estudiantes” (p.8). No obstante, este proceso democrático, buscando la mayoría de autores posibles, no ha permitido llegar a un documento con validez científica. Como hemos venido analizando, no existe una correcta identificación de lo que son las competencias y se refleja en las capacitaciones que se dan. Además, no se ha enseñado a los profesores las metodologías que dan origen a las competencias, aspecto importante para poder ser implementadas. Suasnábar (2017) expresa que el gobierno se ha caracterizado por tener un sistema burocrático – centralizado que tiene la capacidad de direccionar y regular al conjunto de instituciones. Si esto es aplicado de manera correcta trae muchos beneficios, caso contrario, se tienen varias dificultades. Por ello, tal como expresa Tapia y Cueto (2017), estos técnicos que asesoraron a la MINEDU consideran comprender el enfoque por competencias, pero este es distinto al definido por otros especialistas. Por ejemplo, se señala en el currículo nacional que el enfoque por competencias tiene un mayor énfasis en el aprendizaje, pues los estudiantes son centro de la acción pedagógica y, como participantes activos, son los que construyen sus propios conocimientos. En cambio, tal como se ha venido expresando, el enfoque por competencias es distinto al enfoque constructivista, por lo que el papel principal no puede estar dado hacia el alumno. Además, Tapia y Cueto (2017) indican que también se mejoró la comunicación sobre lo que es una competencia y cómo trabajarla, indicando que las capacidades son “recursos que se movilizan de manera integrada al poner en juego una competencia; son las variables que conforman una competencia, y que progresan” (p.8), lo cual se contradice totalmente con las investigaciones en este tema señaladas con anterioridad. Asimismo, indican que se busca un tipo de perfil docente, el cual es alguien reflexivo y no solo un mero ejecutor de instrumentos, donde el tipo de relación que se establece en los centros con los maestros dependerá de cómo se dé la enseñanza. También, el MINEDUmenciona que existen diversos tipos de competencias como las “emocionales”. Tal cómo mencionan Mulder, Weigel yCollings (2008), indicar ello reemplaza el sentido original de competencias y se le podría entender también como “inteligencia”. Nuevamente, se vuelve a tergiversar la finalidad del enfoque por competencias, pues este busca conocer qué pasos son necesarios para llegar a una competencia y, por ende, ejecutar dicho proceso.
Como indica Guerrero (2018), muchos docentes y directores no manifiestan una particular atención a este enfoque porque se ve como una reforma de “arriba-abajo” y un cambio demasiado brusco, donde señalan que desfavorece a los estudiantes al no cubrir las expectativas para el ingreso a universidades. Si bien el currículo puede ser considerado como el eje articulador de las expectativas y demandas planteadas por la sociedad y las necesidades de aprendizaje y desarrollo de los estudiantes (Chuquilin y Zagaceta, 2017), estos principios que se usen deben privilegiar cuestiones técnicas para asegurar que se cumplan de manera correcta la mayoría de estas. No se puede tomar el enfoque educativo solo como construcción política a partir de participación social, sino filtrar estos puntos de vista a partir deconocimientos técnicos que puedan permitir llegar a un mejor abordaje entre sí. (Chuquilin y Zagaceta, 2017).
Jones y Moore (2008) indican que la competencia debe estar en relación con la persona y lo social, por lo que la demostración en logros prácticos que tienen que tener los alumnos deben darse en prácticas socialescontextualizadas. Por ello, se debería analizar si las competencias propuestas por la MINEDU pueden cumplir con esta premisa. Así, podríamos reducir el número encontrado en el documento, pero, a su vez, asegurar el cumplimiento deaquellas competencias que quedarían. Algunos autores mencionados indican que las competencias se dan en base a la práctica rutinaria de habilidades tácitas, por lo que la memoria es un aspecto fundamental. Sería importante que el MINEDU (2016) se retracte al indicar que el aprendizaje es un proceso que está alejado de la repetición mecánica y memorística, sino entender que parte de este proceso es fundamental para el desarrollo de las competencias.
En conclusión, una vez detectadas las incongruencias entre lo propuesto por el Ministerio de Educación y las definiciones de distintos reconocidos autores, se considera que todavía existe una oportunidad de mejora para otorgar una educación de calidad, pues los resultados expuestos evidencian una necesidad de la misma. Así, se invita a la reflexión sobre estas posibilidades en base a la evolución de un mejor sistema educativo peruano en vísperas al bicentenario del país; mientras Perú siga avanzando y creciendo, su educación también lo debe hacer. Al ser tan difuso el concepto de competencia, se propone usar el enfoque de la psicología conductista e interconductista, pues su modelo de análisis funcional ha probado ser bastante exitoso y sencillo. Para ello, la MINEDU debería considerar principalmente la calidad investigativa y no en la cantidad de autores en la elaboración de su currículo nacional, pues, como se ha demostrado, no necesariamente ello es indicador de que sea lo mejor.
Bibliografía
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