top of page

Resistencia y Pandemia: la ciudad postcovid desde las prácticas juveniles en los malls

  • Guillermo Soto
  • 30 sept 2020
  • 7 Min. de lectura


Guillermo Soto - Estudiante de décimo ciclo de Antropología de la Pontificia Universidad Católica del Perú


La actual pandemia, a raíz del covid-19, ha motivado la implementación de ciertas medidas por parte del Estado para contener el avance de la enfermedad; muchas de estas han implicado no solamente sanciones y prácticas sanitarias específicas, sino también un determinado uso del espacio. Desde el confinamiento en el hogar hasta las disposiciones para desplazarse en espacios públicos, se ha ido adoptando diferentes prácticas. A partir de estas nuevas formas de relacionamiento entre lo público y lo privado, y otras problemáticas que han sido expuestas en este contexto, se ha planteado el concepto de “nueva convivencia” para pensar la realidad postpandemia (Burga et al., 2020). Las problemáticas a investigar y tratar han sido pensadas con base en diferentes sectores sociales, ya sea por procedencia, identidad, grado de vulnerabilidad, entre otros. Una de estas, y sobre el que tratará el siguiente artículo, es la interacción entre los y las jóvenes en uno de los hitos urbanos de la globalización: el mall. Por ello, se hará un breve análisis de estos espacios, además de su relación con los sujetos y dinámicas espaciales.


En un contexto postpandemia, los jóvenes, muchos de ellos y ellas, habituados a una cotidianeidad en el espacio público, a parte de sus trayectorias educativas o laborales, se resistirían ante un cambio en sus prácticas y espacios usuales en el medio urbano.

La ciudad, las grandes urbes sobre todo, suelen ser pensadas como un cúmulo de monumentos que elogian la “modernidad”, entrelazadas por vías de asfalto, cuyo aparente patrón es quebrantado por el caos vehicular. Sin embargo, bien sabemos que no solamente las configuraciones son diversas, sino también que el espacio es más que materialidad visible. Autores como Magnani (2002) sostienen que la ciudad es el resultado de las prácticas sociales de los y las ciudadanas. Las rutas, trayectorias, rutinas y apropiaciones constantes van configurando las dinámicas urbano-espaciales. Asimismo, no solamente la ciudad como concepto y materialidad, sino también los espacios habitados dentro de esta son socializados. Algunos autores (Cresswell, 2015; Lefebvre, 2013) han mostrado que, además de las prácticas, la espacialidad social radica en las identidades e imaginarios que interactúan con lo físico en un determinado contexto histórico y político. Estos diferentes enfoques sobre el espacio y la ciudad nos permiten pensar el conjunto como fragmentos diversos que se entraman a través de las acciones individuales y colectivas frente a estructuras del tipo institucional y contextos mayores. Esta mirada, por lo tanto, nos lleva a tratar a los ciudadanos de las urbes como sus propios protagonistas.


A pesar que Perú es el país de la región con menos centros comerciales, el crecimiento de estos ha sido abismal. Desde el 2001 al 2015 han pasado de ser 10 centros a 78, y hasta 85 en el 2019.

Dentro de este mosaico urbano, encontramos (no en todos los lugares, pero cada vez más frecuente) una forma particular de espacios de consumo llamada mall. Varios trabajos en diferentes países de Latinoamérica han mostrado que estos recintos se han constituido en nuevas centralidades que reconfiguran los flujos urbanos y desplazan parcialmente a centros tradicionales, no solamente de comercio sino también de socialización (Gasca-Zamora, 2017; Lulle & Paquette, 2007). Asimismo, como unidades espaciales, se replican en su interior prácticas sociales que van más allá del consumo. Son pequeños cosmos reducidos de su contexto mayor, “el espejo que refleja las transformaciones actuales en la disposición de la trama urbana” (Medina Cano, 1998, p. 62); pero que, a su vez, son manifestaciones de control sobre el espacio privado mediante diferentes dispositivos de seguridad (Palacios Ramírez, 2004, p. 4). Entonces, los malls son espacios masivos en donde la rutina de los y las ciudadanas varían entre el espacio público y el privado, entre el desplazamiento libre pero regulado, entre el consumo y el ocio. Estos centros comerciales, regulados por intereses privados y las dinámicas de consumo global, confrontan con los intereses de los asistentes, quienes a su vez recrean su propias dimensiones culturales en escenarios de constantes disputas cotidianas (Dávila, 2016). Su sostenibilidad se basa en la concurrencia y los patrones de aglomeración que podrían cambiar con el contexto actual.


¿De qué manera se relacionan los jóvenes con los malls y qué tan relevante resulta su análisis para un contexto postpandemia? Para empezar a responder brevemente esta interrogante, es necesario dar cuenta que el grueso de la población peruana (poco más de la mitad) es menor de 29 años (Urrutia et al., 2020, p. 79), muchos próximos a entrar en la categoría de joven que establece la INEI (15-29), la cual es más de 8 millones o un cuarto de la población según el último Censo Nacional (INEI, 2017). Varios de estos sujetos, potenciales fuerzas de trabajo, consumidores y habitantes de la ciudad, han sido movidos desde sus rutinas y cotidianeidades en la urbe hacia la privacidad de sus hogares. Los malls, como centro de aglomeración y consumo, se vuelven uno de estos espacios prohibidos. Karina Higa (2017) realizó un trabajo sobre jóvenes y malls en Lima, en el cual estos constituyen parte de la configuración de la ciudad, siendo estos centros solo fragmentos del conjunto urbano. En la actualidad, son estos emplazamientos los que más suelen ser visitados para la distracción y el uso de espacios públicos (Lima Cómo Vamos, 2019, p. 43). En otros contextos de Latinoamérica, los jóvenes han demostrado tener cierta afinidad por estos espacios y son clave para la configuración de los mismos en relación con el entramado mayor de la ciudad. Algunos trabajos han mostrado, además, que existen resistencias que van desde las apropiaciones más explícitas hasta las más cotidianas (Cornejo Portugal & Bellón Cárdenas, 2001; Pérez, 2010). Los jóvenes, ya sea en grupos de amigos o de manera individual, recorren la espacialidad urbana en busca de lugares comunes. Se apropian de ciertos lugares, los cuales hacen parte de su día a día a pesar de la constante vigilancia.


Del total de población nacional, el 25% se sitúa entre 15 y 29, lo cual es casi 8.5 millones de peruanos

Confinados en el hogar, los jóvenes que antes satisfacían sus necesidades de ocio en el espacio público, ahora lo hacen en la virtualidad o mediante actos de resistencia explícita para tener un poco de aire libre (Urrutia et al., 2020, p. 82). Ahora, ciertos espacios como los malls han abierto con ciertas restricciones; las condiciones para habitar estos espacios de esparcimiento y consumo están ahora mucho más controlados, vigilados y limitados. La convivencia durante el encierro, los nuevos hábitos desarrollados en el hogar y las medidas de distancia en los espacios públicos, pueden tender a reconfigurarse. ¿Existirá en ello una adaptación por partes de los y las jóvenes? ¿Cómo se reconfigurará el espacio público a partir de las dinámicas de uno sus principales actores urbanos? ¿Los malls seguirán siendo un punto de reunión? Es posible que la ciudad no vuelva a ser la misma y que sus ciudadanos busquen otros espacios. También es probable que los mismos lugares vuelvan a ser habitados y la aglomeración vuelva a darse ante la necesidad de distracción dentro de espacios a los cuales se han acostumbrado y logran identificarse.


Algunos hechos parecen mostrar estos comportamientos aparentemente desafiantes a las normativas o su propia seguridad. No obstante, el miedo al contagio y la sanción también ha permitido que dentro de sus posibilidades adopten parcialmente ciertas prácticas.

Para evitar el riesgo de nuevos focos de contagio, es necesario empezar a planificar una ciudad pensada más en aquellos que la configuran y menos desde diseños impuestos. Si bien el mall es un espacio que responde a intereses privados, no se desprenden del entorno urbano. Una gestión por parte del público urbano en diálogo con los sectores privados puede lograr una ciudad pensada para la postpandemia y la nueva convivencia. No solo Lima o algunas ciudades de Latinoamérica tienen la posibilidad de repensar sus dinámicas, sino también otras en las cuales aún no han hecho estudios que se proyecten en la situación que el presente texto aborda.

Bibliografía:

Burga, M., Portocarrero, F., & Panfichi, A. (Eds.). (2020). Por una Nueva Convivencia. La sociedad peruana en tiempos del COVID-19: Escenarios, propuestas de política y acción pública. Grupo temático de Ciencias Sociales - MINSA.


Cornejo Portugal, I., & Bellón Cárdenas, E. (2001). Prácticas Culturales de Apropiación Simbólica en el Centro Comercial Santa Fe. Convergencia, 24, 67-86.

Cresswell, T. (2015). Place: An introduction (2.a ed.). Wiley, Blackwell.


Dávila, A. (2016). El mall: The spatial and class politics of shopping malls in Latin America. University of California Press.


Gasca-Zamora, J. (2017). Centros comerciales de la Ciudad de México: El ascenso de los negocios inmobiliarios orientados al consumo. EURE (Santiago), 43(130), 73-96. https://doi.org/10.4067/s0250-71612017000300073


Higa Carbajal, K. H. (2017). Aprendiendo a ser ciudadano consumidor: La experiencia urbana de jóvenes en un Mall del área central y de expansión en Lima. Los casos de los C.C. Jockey Plaza y Megaplaza [Tesis de Licenciatura]. Pontificia Universidad Católica del Perú.


INEI. (2017, septiembre 23). 36% de jóvenes de 15 a 29 años de edad cuentan con educación superior [Institucional]. Instituto Nacional de Estadística e Informática. https://www.inei.gob.pe/prensa/noticias/36-de-jovenes-de-15-a-29-anos-de-edad-cuentan-con-educacion-superior-9978/


Lefebvre, H. (2013). La producción del espacio (E. Martínez Gutiérrez, Trad.). Capitán Swing.


Lima Cómo Vamos. (2019). Lima y Callao según su ciudadanos: Décimo Informe Urbano de Percepción sobre Calidad de Vida en la Ciudad (Institucional N.o 10; Informes Urbanos). Lima Cómo Vamos. http://www.limacomovamos.org/informesurbanos/


Lulle, T., & Paquette, C. (2007). Los grandes centros comerciales y la planificación urbana. Un análisis comparativo de dos metrópolis latinoamericanas. Estudios Demográficos y Urbanos, 22(2), 337-361.


Magnani, J. G. C. (2002). De perto e de dentro: Notas para uma etnografia urbana. Revista Brasileira de Ciências Sociais, 17(49), 11-29. https://doi.org/10.1590/S0102-69092002000200002

Medina Cano, F. (1998). El centro comercial: Una «burbuja de cristal». Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, 4(8), 61-91.


Palacios Ramírez, J. (2004). Centros comerciales, metáforas urbanas y controles sociales. Revista de Antropología Experimental, 4, 1-12.


Pérez, M. (2010). Cuando los indeseados se congregan en el mall: Prácticas socioespaciales de adolescentes en un espacio semipúblico [Tesis para optar al grado de Magíster en Desarrollo Urbano]. Pontificia Universidad Católica de Chile.


Urrutia, A., Burga, M., Collantes, P., & Cuenca, R. (2020). Niñas, niños, adolescentes y jóvenes: Una nueva controversia. En Por una Nueva Convivencia. La sociedad peruana en tiempos del COVID-19: Escenarios, propuestas de política y acción pública. (pp. 79-101). Grupo temático de Ciencias Sociales - MINSA.

Comments


bottom of page